El Cronista Comercial que recuerdo comenzó con casi 500 empleados y llegó a tener poco más de 70 personas cuando pasé a otras actividades. Eso implica que fue un diario vivo en donde las despedidas fueron más que las fiestas de reencuentro.
Era el verano de 1992 cuando ingresé a realizar una suplencia de dos semanas y me fui a fines de 1998. En ese plazo hubo cuatro directores, tres jefes de Economía, dos cambios de formato y color. Sin embargo, fue una verdadera escuela de periodismo, como lo fue en toda su historia.
Hubo fechas duras (como cuando fallecieron Héctor Ranazzo, Edgardo Silberkasten o la negrita Beatriz Soler), pero también recuerdo felices.
Una tarde de verano de 1996, en Economía no éramos más de media docena de personas y Dardo Gasparré quería hacer una sección con 15 páginas, más las cuatro páginas del suplemento de Mercados y Finanzas. Los tiempos corrían y todo era presión.
Norma Nethe, por entonces Jefa de la sección, no hacía más que presionar para cerrar páginas cuando comenzamos a discutir por una diagramación y la ubicación de un par de notas. En forma inmadura, estallé en un arranque de ira y Norma, como toda una dama, se dio vuelta y encaró hacia el área de Diagramación.
Consciente de mi grave falta de respeto corrí tras Norma pidiéndole disculpas, como ella me ignoraba, me arrodillé y comencé a "correrla" a tranquitos cortos mientras le suplicaba histriónicamente su perdón en una escena de alto contenido ridículo.
Por fin, Norma se dio vuelta cuando la redacción estalló en una gruesa y ruidosa risotada. De inmediato el tema se solucionó y, al cierre, fuimos a cenar a Rico Pizza (a una cuadra de la redacción, sobre Honduras) donde tuve que pagar la cuenta para disculparme.
La historia de El Cronista Comercial tiene momentos raros: debe ser el único diario de la Argentina que dejó de salir un día por lluvia. Fue en un gigantesco vendaval que inundó toda la Capital Federal, pero sobre todo Barracas, donde estaba la imprenta del diario, y no permitió que llegara un camión playo que buscó la gente de Armado para tratar de hacer llegar las chapas y películas de la edición del día.
Pero lo más raro fue que, al día siguiente, un apartado en la tapa explicaba porqué el diario no había salido y se publicaron "las mejores notas que ayer no pudo leer"...
Pero el personal de El Cronista Comercial también hacía milagros. Domingo Felipe Cavallo fue despedido de su cargo de "Super" Ministro de Economía un viernes poco después de las 14 horas. En ese momento, el director del diario (Néstor Scibona) y los jefes de Economía y Política (Hugo Grimaldi y Alberto Valdez) estaban dando una charla en Rosario.
Sin que nadie lo pidiera, dos tercios de la redacción y el taller se presentaron a sus puestos de trabajo.
Para las 16 horas, ya se había hablado con los distribuidores y el dueño del diario (Eduardo Eurnekián) y se había resuelto hacer una edición de 24 páginas.
Sin embargo, Scibona, Grimaldi y Valdéz no pudieron llegar a Buenos Aires por problemas de vuelo y entregaron la edición a Jorge Castro y Norma Nethe. Fue otro hecho histórico y la edición se había agotado antes de las 10 de la mañana del sábado. La gente venía a las puertas de CVN Noticias (por entonces, ubicado debajo de la redacción del diario) para preguntar si podían hacer una fotocopia...
Anécdotas hay muchas de esos años, pero lo que queda es la enseñanza de una redacción repleta de PROFESIONALES (así, con mayúscula) y el honor de haber conocido seres humanos estupendos que no sólo fueron ejemplos de profesión, sino también, maestros de vida.
Claudio M. Chiaruttini
No hay comentarios:
Publicar un comentario