2009-02-26

Últimos chupatintas

Creo, intuyo y casi puedo afirmar que tuve la suerte de ser testigo de la última etapa del periodismo gráfico bohemio, de una redacción llena de vagos encantadores, amantes de la charla en el bar de la esquina, buscas y también, y por sobre todo, conocedores del oficio: últimos chupatintas a caballo entre la vieja máquina de escribir (y su ruido machacón) y las primeras computadoras, aún sin Internet y apenas con la ayuda de los cables de agencia que Horacio raudamente nos acercaba.

Sí, yo trabajé en la redacción de El Cronista entre 1990 y 1992. Viví esa esquina de Honduras y Bonpland, en el bar de Julio (que descansa en paz, entre sanguches de jamón serrano y cortados en vaso) y un Palermo que todavía y por suerte simplemente era Palermo.

Llegué un día recomendado por Carlos Dibar y tuve una imperdible charla de bienvenida con Eduardo Eurnekian (después supe que todas las charlas con él eran imperdibles). Él me puso a los órdenes de Orlando Barone, director de la sección de espectáculos, que me sentó junto al querido Marcelo Fernández Bitar. Durante esos dos años aprendí a ser de todo un poco: cronista urbano, escritor ingenuo de cuentos porteñistas, entrevistador de tangueros de estirpe, director de programación de la radio Aspen por unas horas o jefe de sección a los 21 años!. En fin, gracias a la filosofía sui generis que se respiraba en el diario todo podía pasar.

Tengo los mejores recuerdos de esos tiempos y siento que son momentos y situaciones que ya no volverán, que, como decía al comienzo, estaban más cerca de las antiguas redacciones del periodismo literario argentino y de los cierres freneticos de humo, tinta y café que de las empresas actuales de tarjeta a la entrada y la salida.

Aún frecuento a grandes amigos de aquellos tiempos (Fernandez Bitar, Diego Jaimovich y Gedalio Tarasow, más conocido como el "Venerable presidente") y hay nombres que viven en mi recuerdo y agitan mi memoria: Nik, Alberto Farina, Guillermo Stein, Federico Reca, Carlos Algeri, Quique del taller, Raul Perrone, Jorge Fernandez Díaz, Julio Grinblatt, Villa y Charly de
diagramación, Adrian Soria, Elena Moreira, Anibal Maturi y muchos otros.

Para ellos y para toda la gente de ese Cronista de la calle Honduras, mi reconocimiento y mi abrazo sincero y nostálgico.
Antonio Birabent

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