2009-03-26

Honrar la historia



Honrar la historia de quienes nos dedicábamos a la información detallada día a día para El Cronista Comercial hoy significa hacer la evocación de un medio especializado.

Un pionero de la comunicación para el sector empresarial, bancos de negocios, accionistas del país y analistas de los tratados, convenios, formas de negociación, utilidades y beneficios del “stage”. Un medio para dar a conocer la actividad de estas empresas y sus planes -y etapa tras etapa, si eso era lo fundamental-. Este fue siempre el trazo de información y análisis de las crónicas difundidas. Siempre a favor de la realidad del mercado vendedor-comprador, y del sector señalado con la identidad económica y empresaria del país.

Este delinear a veces coincidía con la voluntad de anunciar de las firmas y en dos ediciones paralelas: una que se distribuía sólo al suscriptor, y otra, para los quioscos, que era editada y rebautizada sólo “El Cronista”.

Las orientaciones o tendencias, más la información habitual, tuvieron siempre enfoques de observación o análisis desde un punto de vista institucional y contaba además con información crediticia para bancos y bolsa, algo que este medio extendió siempre a las empresas.

Desde el último cuarto de siglo pasado, hubo que alternar oscilaciones con hechos muy relevantes, como sobrellevar variaciones económicas. Así fue que el año 2001 sorprendió al diario con la crisis financiera más aguda de la historia del país. A nivel tecnológico, también estuvo ligado a la evolución industrial y su transformación adecuada al marketing o estudio del mercado mundial.

Fue así que pude observar el movimiento del comercio exterior, que me hacía reflexionar sobre los sucesos o conjunto de datos que se debían comunicar generalizadamente. Para quien se liga a un medio de difusión de información fidedigna, la noticia no sirve si la misma no refleja, mantiene y desarrolla referencias o juicios. Relatos con concepto, con la indispensable precisión que demandan los mercados.

Esta fue una diligencia que desarrolló siempre El Cronista, demostrando en todo momento moderación en la línea editorial en los extremos de la noticia o acontecimiento y conjunto de datos que alcanzaban un tema o asunto engendrado por la actividad humana.

Los sucesos que dejó el siglo XX transcurrieron con planteos que todavía tendremos que resolver en lo social, con un vocabulario y expresiones bienintencionados.

Durante este muy reciente siglo XXI, tan esperanzado en salud y disfrute de todo lo humano existente en el universo – en todas las direcciones-, esperamos sucesos que den motivos de bienestar en tiempo y forma.

Estamos transitando nuestro planeta intentando mejorar mediante la mutua cooperación de la globalización, que brinda aspectos que conciernen al mejor desarrollo de la sociedad. Es un reto indispensable que todos debiéramos procurar y proyectar, buscando unir la tecnología con las fuentes de recursos naturales. Esto permitirá mejorar y ofrendar una evocación como herencia y simientes de nuestros futuros sucesores.
No sé si habré aportado algo con mi participación y estímulo hacia el medio que representé, para que Dios, que así lo esperamos, pueda prolongar la continuidad de la fuente inagotable de información que es El Cronista, por medio de sus destacados colaboradores, como el actual subdirector, Hernán De Goñi.

Cecilio Balmaceda

Cecilio Balmaceda trabajó en la redacción de El Cronista Comercial entre 1961 y 2001, para las áreas de Empresas, Tribunales y Marítima

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